miércoles, 26 de marzo de 2014

Lunares...

Caminaba despacito, uno, dos, tres, cuatro...dieciocho.
Tus lunares como pequeñas montañas en tu hermosa geografía.
Hay una carta de amor para mí en tu espalda, escrita en lunares, y yo la leo cada mañana.
Con los ojos abiertos o con ellos cerrados como los ciegos.
Mientras siento latir con fuerza tu corazón.
Y te quieren mis manos, mis ojos, y hasta mis pestañas te quieren.
Y mi ombligo y mis entrañas.
Podría reconocerte sin verte, con los ojos cerrados te reconocería sólo con tocarte, con olerte.

Y cada mañana cuando despierto, los nombro y los recuento.
Como se recuentan las cuentas de un collar.
Hay días en los que descubro alguno nuevo. Pequeño.
Y lo beso y le doy la bienvenida.
Y los copio en un papel.
Para que no se me pierda ninguno.
Y son como constelaciones de estrellas en las que me pierdo.

Y sueño cada mañana.

Audry

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