«Cuando tienes frío, cuando te sientes solo.
Cuando requieres de compañía, cuando necesitas de un consejo. Cuando crees que
nadie puede comprenderte, cuando piensas que todo ha terminado. Cuando lloras en
silencio, cuando pides auxilio desgarrando tu garganta por los condenados gritos. Cuando te
alabas, cuando te condenas. Y cuando anhelas unos brazos que te cobijen, unos
labios que te transmitan afecto e incluso unas palabras que te incentiven a continuar
viviendo… es cuando brota de un mundo surrealista e ideal aquel héroe, aquel
príncipe que se fuga de los cuentos de hadas para socorrerte. Es en ese preciso instante cuando
te sientes el protagonista de tus propios sueños, lejano a la pesadilla realidad.
También, es allí cuando aparece el temor a que todo sea una burbuja de fantasía que el
malévolo de la historia buscará pinchar. ¿Cómo lograr que no lo haga?».
Mi profesor de Química
Ignacio Pelozo
No hay comentarios:
Publicar un comentario