jueves, 30 de enero de 2014

Twiter...


Personalmente la noticia de que el álbum sera electrónico me agradó mucho. Aunque no han dicho fecha, estoy feliz por el cambio que se avecina. 
Nota aparte: Nunca imaginé que un pecho y una mano me hicieran tan endemoniadamente feliz!!!!

martes, 28 de enero de 2014

Leyendo...

«Son demasiadas noches en las que la realidad me ancla y no consigo salir de mi misma para llegar a ti. El grillete que se cierra en torno a mi alma me causa heridas dolorosas, sangra de angustia mi pecho por no tenerte, y las lágrimas de la desesperación se vierten sobre todos mis sueños».

Wow este párrafo me mató.
De la serie Erótica de la genial Anyara. Muyyyyyyyyyyyyyyyyyy recomendable.


sábado, 25 de enero de 2014

Un poco de humor...


¿Qué haces si te encuentras con Bill por la calle?


Alternativa 1: Gritas!!!


Altenativa 2: Tratas de llamar su atención!!!



Alternativa 3: Quedas en shock total!!!






Jajajaja... De seguro me quedo como el ave jajajaja

miércoles, 22 de enero de 2014

Leyendo...



 
«—Joder, Bill… Ni en un millón de años hubiese podido imaginarme cómo sería el sonido real de uno de tus gemidos».

Esta frase me mató. Lectura recomendada: «Traicionero corazón»

Hiatus

Hay demasiados rumores extendiéndose por todo el fandom; hay demasiada gente insultando a diestra y siniestra; hay demasiada suciedad, tanta que pierdo las ganas de seguir aquí. Pero deshacerme de lo que siento es difícil, Bill no solo es un hombre de ensueño, es también la inspiración en su estado más puro, al menos para mí.
Entiendo a las chicas que les moleste toda esta situación (rumores y fotos), a mí personalmente me afecta y he llegado al punto de no querer saber más, pero después me pongo a pensar que eso es algo muy infantil. Bill es un ser humano y tiene derecho a amar. Simplemente eso. Ahora juzgarlo por ello nunca. Solo que a veces duele. Y aveces no sabemos cómo manejar ese tonto dolor. Mi cabeza me repite eso siempre que sale una nueva foto o un nuevo rumor, pero quién se lo dice al corazón.
En fin, el tema del álbum no me preocupa mucho,saldrá cuando tenga que salir. No antes ni después.
Por ahora me concentro en escribir, porque Bill es eso, pura inspiración.



domingo, 19 de enero de 2014

Tu mirada...




Tu mirada es el delirio, el sin fin concreto
de mi búsqueda, de mi espacio.
Tu mirada es un instante infinito,
un atardecer sin miedo, un rincón de lo bello

Tu mirada es el presagio de un sueño cumplido.
Es lo visible y lo invisible de sentir.
Me atrevo a pensar que puedo en ella vivir
y sin ella lo que puedo morir.

En mi silencio te extraño,
puedo pensar, pero más aún creer.
Creer que me miras,  que te miro,
que sos el viento y que sos mi abrigo

En la luna veo tu mirada, en las estrellas tus ojos.
Palpito de saber que algún día me ames sin palabras,
sin caricias, sin juramentos.
Solo viéndome, solo viéndote.

Siendo uno, siendo todo.


Alejandro Ramírez Silva


domingo, 12 de enero de 2014

Loba...

Este pequeño relato se publicó en TH  Magazine:
http://th-magazine.blogspot.com/2013/12/th-magazine-n12-diciembre-2013.html



En la lejanía, la loba aúlla a su madre Luna presa de la desesperación. Sabe que él renacerá, que por fin luego de tanta espera su alma volverá a la Tierra en un nuevo cuerpo. Los años han pasado y sigue sola esperando solo este momento. Sus ojos fijos en el astro nocturno  parecen implorarle una oportunidad para encontrarse con su amado; la Luna, madre generosa, comprende su dolor y uno de sus rayos baja a la Tierra y la envuelve. Su suave pelaje desaparece, sus extremidades se alargan y se transforman, mientras un aullido de dolor rasga la quietud de la noche.
Con un nuevo cuerpo que detesta, pero que aprende a controlar vaga por las calles desconsolada. ¿Cómo va a encontrarlo? ¿Cómo lo reconocerá? Cansada se deja caer en una banca, recoge su larga cabellera en una cola mientras una lágrima de impotencia cruza su mejilla.

— ¿Te encuentras bien?

Ante la suave voz alza la vista y un estremecimiento la recorre por entero. Se levanta como puede ignorando la ayuda del joven trenzado que se aleja apenado. Justo frente a ella, un gran cartel anuncia el próximo concierto de una popular banda. Sus ojos se maravillan ante lo que ve y nuevas lágrimas recorren sus mejillas al fijarse en el llamativo chico, cuyo cabello parece la melena de un león. Esos ojos eran inconfundibles, esa mirada solo podía pertenecer a una persona. Vacilante se acerca y acaricia el papel.


— Te encontré. 

domingo, 5 de enero de 2014

Tabaco

Este one shoot nació una tarde llena de tensiones, luego de fumar un cigarro y antes de tomar el metro a mi casa. Bill lo que mi imaginación hace contigo!!!


Tu boca sabe a tabaco. A ese amargo que se siente cuando la nicotina toca tu lengua y se desplaza hasta tu estómago.
Tu boca sabe a tabaco y me recuerda el sabor del filtro, del papel cuando toca mis labios.
Tus besos tienen el sabor del cigarro, luego de tener un orgasmo.

Suspiré y cerré el documento. Estaba agotada luego de un estresante día en el que no te había visto ni un solo momento. Casi no había almorzado, y muerta del aburrimiento me dispuse a empezar un relato, pero solo tenía listas tres líneas que no se conectaban entre sí, y la inspiración había sido reemplazada por un suave letargo. Me estiré todo lo que pude y cerré la laptop, ya mañana lo continuaría. Aún estirándome me dirigí a la sala y prendí la televisión. Me acomodé en el sillón y pasé canal tras canal sin ver realmente nada.

Suspirando volví a leer la nota donde me decías que Tom había llamado temprano porque quería discutir algo relacionado con el nuevo álbum y que debías irte de inmediato. Arrugué el papel y lo tiré lejos. Me hundí en el sillón, cerré los ojos cansada, y solo los abrí cuando oí ruido en el baño. ¡¡Me había quedado dormida!! De inmediato, distinguí cerca a la puerta sus botas, en la mesa su móvil y las llaves del auto, así que me levanté con tanta prisa que casi caigo sentada.  Llegué a la puerta de nuestra habitación y ahí estaba buscando algo en el cajón de la mesita de noche. Solo tenía puesto el pantalón y mis ojos lo recorrieron con avidez. Era como si lo viera por primera vez, como si su cuerpo fuera un terreno desconocido para mí. Mis manos empezaron a sudar y mi pecho se desbocó en una agitación desenfrenada. Mis piernas se movieron solas y en un segundo estaba aferrada a su espalda hundiendo mi nariz en su nuca.

—Alguien me extrañó —dijo mientras acariciaba mis manos.
—Tardaste mucho —las palabras se atoraban en mi garganta. Solo quería permanecer pegada a él.
—Discúlpame. No quería dejarte sola, pero Tom insistió tanto.

Dejé un húmedo beso en su cuello y sin separarme ni un milímetro rodeé su cintura con mis brazos y me deslicé hasta quedar frente a él. Me quedé quieta mirándome en sus ojos. Aquellos ojos que parecían decir tanto con solo brillar. Con un gran suspiro enredé mis brazos en su cuello y lo abracé con fuerza. No sé que me pasaba, pero necesitaba sentirlo cerca, necesitaba sentirlo mío.

—Creo que me escaparé más seguido. Adoro que me recibas así, hermosa.
Me pegué más a su cuerpo deseando solo sentir su corazón contra mi pecho. Abrazó mi espalda con las palmas abiertas brindándome suaves caricias, mientras sus labios dejaban pequeños besos en mi cabello.
—¿Has visto mis cigarros? —susurró contra mi oído.
—En el cajón de la cocina…

Quiso soltarme, pero no lo dejé. Sus manos bajaron por mis costados hasta apretar mi cintura, pegándome a su torso. Avanzamos abrazados hasta la cocina y tuve que soltarlo para que abriera el cajón. Sin quitarme los ojos  de encima abrió la cajetilla y lentamente sacó un cigarro. Él sabía muy bien que verlo fumar era mi perdición y por eso lo había convertido en todo un ritual. Mi respiración se volvió errática de inmediato, tragué saliva y suspiré. Luego de encenderlo, lo sostuvo firme entre sus largos dedos y lo acercó lentamente a su boca, mientras en sus labios bailaba una sonrisa llena de promesas. Mis entrañas se retorcieron de anticipación y un estremecimiento me recorrió la columna.

Inhaló con tanto placer que mi boca se secó de inmediato. Retuvo el humo unos momentos, cerró los ojos y exhaló mientras yo sentía que mi alma se iba con ese humo. La poca cordura que conservaba se perdió cuando me ofreció compartir. Tragué saliva nerviosa y no exagero al decir que mis manos temblaron al recibir el cigarro. Y es que cuando fumo no puedo evitar pensar en nuestras noches. En esas ardientes noches, cuando sus manos me recorren entera y sus labios me delinean el cuerpo, cuando el tiempo se detiene y todo desaparece al sentir sus precisos movimientos dentro de mí. 

Sentí la humedad de su saliva en el filtro y cerré los ojos ante los pequeños espasmos que recorrieron mi vientre. Aspiré fuerte y sus ojos se dilataron.
Parece que no soy la única ansiosa
Humedecí mis labios y se lo devolví sin dejar de mirarlo, tratando de descifrar qué escondían esas orbes café. Se acercó, tomó mi mano y llevó el  cigarrillo a su boca, rozando mis dedos con sus labios calientes y húmedos. El calor se extendió por mi cuerpo a una velocidad vertiginosa; mi cara se encendió y él se alejó sin más, sin darse cuenta de todo lo que había causado en mí. Con la respiración agitada me acerqué lentamente, mientras sus ojos brillaban con malicia, como retándome, y sin que lo esperara le quité el cigarrillo. Sin apartar mis ojos de los suyos, lo apagué en la palma de mi mano y en su mirada brilló la preocupación y el deseo. Cerró la poca distancia que nos separaba y acercó mi mano herida a su zona de placer; con extrema lentitud comenzó a frotarse y yo perdida en las sensaciones apreté con ganas. A los pocos minutos gemía intensamente y mi corazón brincaba tanto que se me hacía difícil respirar. Se aferró a la pared cuando mi mano abarcó su excitación frotando sin parar. De repente, abrió los ojos, me tomó del cuello y su boca buscó la mía desesperado por aumentar su placer. Mordí sus labios con saña y hundí mi lengua en su cavidad sintiendo el sabor a tabaco. La saliva escurría entre nuestras bocas y con pesar me separé y me quedé quieta mirándole.
Respiró agitado tratando de calmarse y se incorporó para desnudarme con prisa, sus temblorosas manos trataron de despojarme de mi blusa, pero los botones se escapaban de sus dedos. Jadeo ansiosa, pero no lo ayudo, pues me gusta que él mismo lo haga. Cuando por fin puede abrirla, la desliza por mis brazos y la blusa cae dejando mi pecho al descubierto. De inmediato, se abalanza sobre mis senos cayendo de rodillas en el frío suelo. Los besa y juega con mis pezones torturándome, no se cansa de acariciarlos con su lengua, de humedecerlos con su tibia saliva. Baja por mi vientre y hunde su lengua en mi ombligo, mis manos estrujan y jalan su cabello sumida en el placer que me brinda. Arqueo mi espalda alejándome de su boca y preso del deseo se pelea con el cierre de mi short, tratando de abrirlo. Mis manos acarician su cuello, sus hombros y aún no puede bajar el pequeño cierre. Luego de unos eternos minutos lo consigue y baja el short acariciando mis piernas en el proceso. Sube y baja sus manos por ellas haciéndome gemir de puro gusto y de un tirón arranca mi trusa, baja sus pantalones y con fuerza me levanta colocándome en su cintura. Me aferro a sus caderas con mis piernas y bajo hasta sentirlo dentro de mí. Ambos nos quedamos quietos, con la boca abierta jadeando desesperados. Me mira pidiendo permiso y yo asiento con rapidez mientras beso su nariz. Comienza a embestirme mientras avanza y me tiende en la mesa de la cocina sin detenerse ni un momento. Sus labios recorren mi cuello y mis hombros, mientras jadea con fuerza. Mis uñas se entierran en su espalda, cuando mis paredes se contraen rítmicamente, los espasmos se intensifican cuando frota con insistencia su miembro en mi interior hasta que completamente húmeda me dejo caer sin fuerzas ahogando un grito en su boca. Succiona mi cuello y sigue embistiéndome hasta que siento su semilla caliente llenarme por completo. Se desploma sobre mí jadeando fuerte en mi oído, cuando al fin acaba. Agitados y sudorosos nos quedamos unidos sobre la mesa, disfrutando el uno del otro, disfrutando de la pasión que nos une.

—Te amo, te amo mi loba —jadea extasiado.
—Y yo a ti, Bill.
—Definitivamente me escaparé más seguido —ríe en mi cuello haciéndome estremecer.
—Tonto.




viernes, 3 de enero de 2014

Ama al cisne salvaje






No intentes posar tus manos sobre su inocente
cuello (hasta la más suave caricia le parecería el
brutal manejo del verdugo).
No intentes susurrarle tu amor o tus penas
(tu voz lo asustaría como un trueno en mitad de la noche).
No remuevas el agua de la laguna no respires.
Para ser tuyo tendría que morir.
Confórmate con su salvaje lejanía
con su ajena belleza
(si vuelve la cabeza escóndete en la hierba).
No rompas el hechizo de esta tarde de verano.
Trágate tu amor imposible.
Ámalo libre.
Ama el modo en que ignora que tú existes.
Ama al cisne salvaje.

Luis Rogelio Nogueras